Las mediaciones artístico-culturales han sido unas de las estrategias desarrolladas por ONG CETSUR para reivindicar los lenguajes artísticos de las culturas tradicionales, que provienen desde el anclaje profundo con la naturaleza y las memorias territoriales. Se proponen como mediaciones dado que existe un agente intermedio que extiende un puente entre maestras/os de oficios y una comunidad educativa, facilitándose así un proceso de acercamiento, identificación y vinculación con los saberes tradicionales, desde una vivencia creativa de intercambio y reflexión compartida entre los/as participantes.
Desde el año 2016, ONG CETSUR viene explorando la realización de actividades de esta índole, donde estudiantes de escuelas y liceos de las regiones de Biobío, Ñuble y La Araucanía se han acercado a expresiones como la curatoría de semillas y las artes de la naturaleza, las artes culinarias tradicionales y las ecoartesanías, mediante el vínculo con cultores/as en conversatorios y talleres, diálogos en torno a itinerancias fotográficas y visitas guiadas, entre otros. Al respecto, Paula Fuentealba, encargada de la Unidad de Gestión Cultural de la institución, profundiza: “Se han trabajado especialmente en establecimientos educacionales, dado que es justamente en los contextos de educación formal donde no se incorporan las Artes Tradicionales en los procesos de aprendizaje, siendo que son de gran valor para que las infancias y juventudes se vinculen con sus territorios, y valoren su gran riqueza y conocimientos allí albergados, que surgen desde la sabiduría puesta en práctica por manos creadoras, cuya expertiz no surge en las aulas, sino desde el diálogo con el entorno”.
Dado que todas las experiencias previamente sostenidas se realizaban de manera presencial, la crisis sanitaria acontecida este año implicó un trabajo de redefinición de las estrategias de mediación, buscando la forma de adecuarlas a formatos digitales. “CETSUR cuenta con abundante material, tanto escrito como audiovisual, que ha sido de gran utilidad para el diseño de contenidos educativos que aporten a procesos de mediación a distancia, sumándose a esto la importancia de revisar y aprender de materiales didácticos y estrategias que se gestan en otras realidades de América Latina”, comenta Paula Fuentealba.
Desde el segundo semestre de este año se establecieron vínculos con la Red de Liceos Gastronómicos del Biobío, conformada por 16 liceos con especialidad en Gastronomía, a partir de diversos dispositivos que pusieron en diálogo las artes culinarias tradicionales con esta disciplina. “El principal aporte de CETSUR es acercar a los y las estudiantes a la cocina tradicional, haciéndola cercana y significativa, relacionándola con su entorno territorial y familiar inclusive. Además, llama a la reflexión en relación a cómo nos vinculamos con nuestro entorno, valorizando las comunidades vivas que siguen manteniendo prácticas gastronómicas ancestrales y tradicionales”, señaló Jonathan Pastorini, docente e integrante de la Red de Liceos Gastronómicos del Biobío.
Paralelamente en el ámbito de experiencias de mediación para las artes de la naturaleza se estableció una relación con el programa Acciona de la Corporación Cultural Artistas del Acero, el que busca aportar al mejoramiento de la calidad de la educación a través del desarrollo de la creatividad, la formación en artes y cultura, y el desarrollo de capacidades socio afectivas de estudiantes pertenecientes a establecimientos educacionales municipales y subvencionados, que releven el arte en su Proyecto Educativo Institucional (PEI). En esta oportunidad la agroecóloga Glenda Rubilar de ONG CETSUR, por medio de cápsulas audiovisuales y material pedagógico, acercó a los estudiantes al romero y sus propiedades medicinales, trabajando de manera práctica la elaboración artesanal de un oleato de esta misma planta.
El trayecto recorrido por la institución en la divulgación de las Artes Tradicionales con públicos diversos sigue planteando desafíos para la institución. “En los últimos años se han explorado y materializado experiencias muy significativas que es necesario sistematizar para profundizar en las claves que contribuyan a fortalecer la idea de que las artes están ancladas a la vida misma, en los espacios territoriales y su diversidad ecológico-cultural, y que son conocimientos fundamentales para la conservación de la biodiversidad y de un Buen Vivir. Esto implica escarbar en la memoria de lo que hemos hecho, seguir aprendiendo herramientas que contribuyan a relevar los saberes de maestros/as de oficio, ampliar las actividades en contextos de educación no formal, entre otros desafíos”, menciona Paula Fuentealba.
Cabe señalar que para el 2021 la organización continuará fortaleciendo la vinculación con comunidades educativas interesadas en que los/as estudiantes se aproximen a las diferentes manifestaciones artísticas tradicionales, que emergen de las propias experiencias como seres humanos que forman parte de la naturaleza.