La Secretaría General Iberamericana y la iniciativa Ibercocinas, otorgaron un reconocimiento al proyecto “Buenezas de la huerta para la salud y la alimentación”, ciclo de cápsulas audiovisuales educativas de ONG CETSUR.
En el contexto actual, las industrias alimentarias han instalado en las despensas alimentos procesados y cultivados a gran escala por sobre aquellos disponibles en los territorios de manera natural y a pequeña escala, profundizando la desconexión con las diversas especies vegetales y frutos silvestres, perdiéndose gradualmente aquellos saberes vinculados a su versatilidad de usos para la salud y las cocinas. Desde este escenario, gracias al proyecto “Buenezas de la huerta para la salud y la alimentación”, CETSUR generó una nueva producción audiovisual educativa con el objeto de aportar al resguardo e intercambio de saberes en torno a las preparaciones que se gestan en las cocinas tradicionales, desde las voces de lideresas comunitarias de las regiones del Biobío y Ñuble.
La iniciativa se desarrolló como una estrategia para la divulgación de las memorias alimentarias en torno a las plantas silvestres comestibles existentes en los territorios urbanos, perirubanos y rurales del centro sur de Chile. “La iniciativa buscó reivindicar la idea de que sostener una alimentación diversificada es una forma de asegurar una buena salud tanto en términos físicos como espirituales y comunitarios, dadas las lógicas de respeto y diálogo con la naturaleza que los fundamentan. De esta forma, desde un enfoque comunitario, el conocimiento y conexión con las huertas entrega referencias importantes para hacer frente a la insuficiencia de los sistemas de salud frente a situaciones de crisis, desde la autogestión, el autocuidado y el cuidado colectivo para el buen comer”, indicó Paula Fuentealba, antropóloga de ONG CETSUR.
El ciclo de cápsulas fue lanzado el jueves 26 de noviembre en el encuentro virtual “Buenezas de la huerta. Experiencias comunitarias en torno a la alimentación y la agroecología en América Latina”, que fue transmitido en vivo por redes sociales, y que contó con las exposiciones de Leslie Retamal, de la Unión Comunal de Huertos Orgánicos, de Tomé; Ángela Fierro, del Taller de Huertos Agroecológicos Santa Amalia, de Penco; María Claudia Inostroza del Comedor Popular Claudio Benedito, de Boca Sur, San Pedro de la Paz; Juanita Venegas del Comité Agroecológico Tierra Florida, de San Nicolás; Helda Morales del Colegio de la Frontera Sur; y Gisela Illescas de Mujeres por Iberoamérica, ambas de México, quienes compartieron las experiencias de sus territorios sobre la alimentación, la agroecología y sus aportes a la Soberanía Alimentaria.
Ángela Fierro dio a conocer su preocupación por la falta de personas más jóvenes dentro del huerto comunitario al cual ella pertenece, esto a causa de las medidas de distanciamiento social que se han establecido producto de la crisis sanitaria: “Tenemos que seguir mejorando los espacios y convocar a nuestra redes para trabajar en conjunto, porque en nuestro huerto somos solo mujeres y casi todas mayores y con algunas enfermedades crónicas, y las estudiantes que venían se regresaron a sus casas”. Para Ángela es fundamental la participación de personas de todas las generaciones dentro de la comunidad de huerteros, ya que, según sus palabras, esto “potencia las acciones realizadas para el resguardo de los saberes y semillas ancestrales”.
En la misma sintonía, Juana Venegas, y desde la realidad que les afecta en San Nicolás con la futura instalación de una granja de origen chino en un terreno que estaba siendo trabajado desde la agroecología por campesinas (os) de la comunidad , recalcó que “para la Soberanía Alimentaria el tejido social es fundamental, unido a desafíos más importantes, como es la desprivatización del agua y la producción agroecológica, en la que se garantice la producción sana, local y natural, sin agrotóxicos”. Por otra parte, comentó que como comunidad de campesinos, “estamos trabajando fuertemente el tema de la recuperación tanto en malezas como en hierbas medicinales, semillas y árboles de antaño que se han ido perdiendo. Somos muchas mujeres campesinas trabajando todo este tema porque creemos que esto es lo que se viene, esto es el futuro, es como volver al pasado. En el pasado estaban nuestras cosas y necesitamos con fuerza recuperar todos estos saberes”.
Respecto al propósito social desde el cual se planteó la idea del proyecto, Paula Mariángel, antropóloga y presidenta de ONG CETSUR, señaló que “la crisis civilizatoria global en la que nos encontramos, donde lo sanitario es uno de los ejes de la contingencia, nos muestra la profunda desconexión existente entre seres humanos y naturaleza. A partir de esta visión instalada por el paradigma de la modernidad, los entornos naturales se conciben como canastas de recursos a extraer, despojándolos de su valor como espacios biodiversos, fuente de riqueza en saberes vinculados a la salud y la alimentación”.
Ibercocinas, es un espacio de cooperación iberamericana conformado por siete países, Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, México, Paraguay, Perú, Panamá, y por la Secretaría General Iberoamericana, que busca fomentar y rescatar las cocinas tradicionales, los saberes culinarios, la diversidad cultural y el turismo cultural por medio del apoyo económico a proyectos en este ámbito.
El encuentro virtual y el ciclo de cápsulas educativas se puede visualizar en el siguiente enlace: https://www.youtube.com/channel/UCfcIeT5M-ntaXP-ZJsR6B-w