Con la frescura del otoño, el 27 de mayo realizamos la primera Casa Abierta del año, en el marco del Día de los Patrimonios. Nos reunimos, en una actividad abierta a la comunidad, con el objetivo de revitalizar las artes y oficios de nuestros territorios, reconociendo los distintos trabajos artesanales de antecesores/as que persisten vigentes en el escenario actual.
Desde la era global se advierte la muerte de los oficios, lo cual nos lleva a observar nuestro entorno desde una catastrófica mirada. Se habla de recuperar prácticas y tradiciones de la ruralidad que, con certeza, sabemos que aún están ahí. “Entonces, ruralicemos la ciudad“, manifiesta Paula Mariángel, presidenta de ONG CETSUR, para darnos a entender que lo rural se puede encontrar también en la urbe. Por eso, en esta ocasión, traemos una parte del conocimiento indígena y campesino a través de la enseñanza participativa de cursos.
Durante el desarrollo de los talleres fuimos compartiendo “secretos” en torno a cada oficio. Desde la Cestería en Pita, Natalia Vásquez, se refirió a la importancia de cortar las hojas de la pita, planta perenne de noble crecimiento, en la fase de luna menguante. Al momento de cortar, es preciso dejar tres hojas centrales que, desde la cosmovisión mapuche, representan a la familia, comenta.
Deshidratar las hojas es un paso ineludible, tanto en pita como en mimbre. David Mena, quien estuvo a cargo del taller de Cestería en Mimbre, nos contó de su estrecho vínculo con el río, lugar donde suelen crecer las denominadas mimbreras. Hay que saber valorar este oficio, sostiene David, con la misma convicción que Leslie Retamal, quien desde su conocimientos en culinaria tradicional, invitó a investigar más sobre nuestros recetarios populares con el propósito de incorporarlos en la cocina.
Hacia el cierre de la actividad, se presentaron Patricia Chavarría, reconocida investigadora de la cultura tradicional, junto a Gloria Toro, intérprete del canto campesino. Gloria explicó que, desde la interpretación campesina, se da mucho lo que es la improvisación en guitarra, diferente al caso de la guitarra clásica. Muchos de los versos que conocemos de Violeta Parra, como podría ser el casamiento de los negros, provienen de España y, a su vez, de la cultura arábiga, comentó Gloria. Tenemos hoy registro de estas melodías gracias a la tradición oral.