
Las Escuelas de Artes y Oficios forman parte de la estrategia formativa más relevante que hemos desarrollado para la reactivación de los saberes locales. Orientadas a la formación de personas interesadas y comprometidas en desarrollar un oficio trenzado a su localidad, recurrimos a diversas modalidades de enseñanza-aprendizaje que colaboren en la sustentabilidad de comunidades sujetas a intensos procesos de reconversión productiva, social y cultural.
Al otorgarle importancia y valor al saber tradicional en el proceso formativo, la figura del/a maestro/a de oficio se vuelve indispensable. En esta relación maestro(a)/aprendiz no sólo se comparten habilidades técnicas, sino que también se transmiten valores y principios éticos que hacen del oficio una forma de ser y de pararse frente a la vida a partir de experiencias y aprendizajes vividos en el espacio de origen.
¿Quienes serán los próximos criadores, agricultores, artesanos/as, productores de alimentos, y recolectores que mantendrán el territorio y recuperarán el patrimonio que éste portaba?.
¿Quienes repararán los cursos de agua, protegerán bosques, recuperarán gredas, lanas, metales, semillas, plantas, fibras vegetales, animales, aves e insectos que poblaron anteriormente el territorio? (Angélica Celis, 2007)