Nos motiva contribuir a una sociedad participativa y solidaria, respetuosa de la diversidad cultural, las generaciones futuras y la Naturaleza, reconectada en forma armónica con el ecosistema Tierra. Creemos que es posible construir una humanidad epistemológicamente pluralista, respetuosa de las diversas formas de conocimiento y expresiones espirituales; una sociedad en que los grupos humanos tengan el derecho y la posibilidad real de definir su localidad, sus estilos de vida y los caminos para transitar hacia y dentro de ella.
Trabajamos por la recuperación de las AgroCulturas del sur del mundo, esto es, por aquellas relaciones e interacciones con el entorno social y natural que permitan la definición y organización local del espacio, el tiempo, las relaciones sociales y los procesos de producción. En las AgroCulturas, los pueblos y grupos sociales se conectan con su entorno social y natural de manera diversa, pero en todas ellas se constata la sincronía con los procesos naturales y la mantención de formas locales de organización social.
Sostenemos que para ello se requiere construir desde ahora los fundamentos de opciones soberanas. En primer término, la soberanía alimentaria, expresada como el derecho y la opción de un pueblo no sólo a producir alimento, sino a definir localmente las necesidades, los gustos, las formas de compartir y garantizar la alimentación. Igualmente fundamental es la definición de una economía distinta, basada en principios solidarios y de equidad, previsora del futuro, donde la satisfacción de necesidades y el bienestar humano actual y futuro sea el principio rector. Un tercer fundamento es una sociedad civil responsable y respetuosa de la humanidad y la naturaleza, con hombres y mujeres que exijan espacios de participación para la discusión de los aspectos que los afecten, donde la creatividad y la puesta en práctica de valores solidarios, con relaciones interculturales horizontales, sean las características comunes.