Durante el mes de agosto, se llevó a cabo la entrega de semillas entre las huerteras mapuche que participaron en el intercambio virtual “Semillas con Memoria”, organizado por ONG CETSUR, en el marco del proyecto “Difusión de la Huerta mapuche y biodiversidad cultivada como estrategia frente al Cambio Climático”, financiado por el Programa de Medio Ambiente de CONADI.
Mediante este intercambio, en donde participaron representantes de las Mesas de Mujeres Rurales de las comunas de Lumaco, Los Sauces, Nueva Imperial, Toltén, Saavedra, Pitrufquén y un grupo de mujeres rurales de la comuna de Carahue, se pretendió aportar a la circulación entre las provincias de Malleco y Cautín, del material genético nativo que posee cada una de estas semillas, permitiendo así aumentar la biodiversidad de las huertas en cada uno de estos territorios.
Por esta razón, el intercambio no hace referencia solo a la entrega de semillas, sino también releva el traspaso cultural adherido a la historia que tiene cada una de ellas, el cual está cargado de una tradición familiar campesina y mapuche que ha sido atesorada por generaciones.
Intercambio de semillas
Para la entrega presencial de las semillas las organizaciones participantes se coordinaron internamente para reunir, en una primera instancia, las semillas de sus asociadas y, posteriormente, reunirse en la Clínica Alemana de la ciudad de Temuco para la entrega con las representantes de las comunas de Saavedra -quien también traía las semillas de las participantes de Carahue-, Nueva Imperial, Los Sauces y Pitrufquén, como también la Coordinadora del Proyecto Sandra Parra, quien hizo entrega de las semillas enviadas por las participantes de las comunas de Toltén y Lumaco.
La señora Genoveva Sepúlveda Reyes, socia de la Mesa de la Mujer Rural de Pitrufquén, quien envío a su hijo para la entrega de sus semillas, señaló que, “al principio pensé que esto no resultaría debido a que iba a ser virtual, y además porque éramos demasiadas socias y todas de lugares muy apartados, pero una vez que empezamos a coordinar las entregas, resultó mucho más fácil de lo que pensé. Solo era coordinación. Además, este intercambio le favorece a mi huerta porque muchas de las semillas que intercambié me sirven para el control de plagas, por ejemplo, pero también porque mientras más tengo más se favorecen entre ellas, se ayudan cuando están en un mismo lugar. Por último, creo que el intercambio o Trafkintü es la mejor forma de conservar nuestras semillas, contribuye a su rescate porque a lo largo del tiempo se han perdido muchas de ellas. Por eso, este tipo de actividades ayuda a revivir las semillas que estaban perdidas”
Entre las semillas más destacadas que se intercambiaron estuvieron las legumbres como chícharos, arvejas y habas; semillas de hierbas aromáticas como chascú, mastuerzo y perejil; semillas de flores de caléndulas y girasoles; semillas de granos y cereales de kinwa, amaranto y variedades de maíz, entre otras.