Los trafkintü son espacios de intercambio de semillas y plantas que propician la conservación de la biodiversidad alimentaria, y todos los años congregan a numerosas/os guardianas/es de semillas en distintos territorios. Éstos, así como otras actividades comunitarias llevadas a cabo por grupos de huerteras/os, se han visto paralizadas dado el contexto de confinamiento y distanciamiento físico que vivimos producto del COVID-19. Sin embargo, curadoras de semillas, organizaciones y comunidades persisten en continuar con la circulación de los saberes y semillas libres a través de diferentes canales digitales de comunicación. ONG CETSUR quiso sumarse a este esfuerzo, gestando en conjunto un proceso para seguir avivando encuentros e intercambios virtuales de semillas en tiempos de pandemia.
Glenda Rubilar, agroecóloga del área de formación de CETSUR y coordinadora de los encuentros en Biobío y Ñuble, explicó que para implementar la iniciativa “primero preguntamos la opinión a cada una de las agrupaciones para evaluar cuáles podrían ser las posibilidades de hacer este intercambio y la respuesta nos sorprendió, porque se despertó un gran entusiasmo. Todos estaban dispuestos a intentarlo, a no perder el contacto entre sus amigos, conocidos, con quienes se reunían más de una vez al año. Luego de este primer acercamiento consideramos que lo más oportuno era generar tres encuentros, el primero de carácter interregional que nos ayudara a contextualizar y otros dos que correspondieron a jornadas de intercambio de semillas como tal, una organizada en La Araucanía y otra que reunió a los grupos de Biobío y Ñuble”.
El 29 de agosto se llevó a cabo el primer Encuentro Virtual Interregional, denominado “Circulación de semillas y saberes para la Soberanía Alimentaria”, el cual buscó abrir un espacio reflexivo en torno a los fundamentos de los intercambios de semillas y la apuesta en común de experiencias en relación a este sistema de transmisión agrícola-cultural. La actividad contó con la participación de Lilian Barrientos, agroecóloga, Eris Coronado, curadora de semillas, Leslie Retamal, miembro de la Unión Comunal de Huertos Orgánicos de Tomé y María Elena Molina, de la Agrupación Agroecológica Las Camelias de Quirihue, y reunió a 48 organizaciones vinculadas a las huertas, y la producción para el autoconsumo de las regiones de Ñuble, Biobío y La Araucanía. A partir de las exposiciones se profundizó en los fundamentos éticos de los intercambios, el rol de las guardianas de semillas y cómo se han sostenido en el tiempo.
Luego de este primer encuentro interregional siguieron los intercambios de semillas virtuales. El 23 de septiembre tuvo lugar el “Primer Intercambio Virtual de Semillas con Memoria de La Araucanía”, en donde participaron 19 huerteros/as, maestras y aprendices de curatoría de semillas. María Cayumán, participante de esta instancia, destacó que “fue entretenido este nuevo formato para el trafkintü, la emoción que se tiene cuando uno intercambia de manera presencial creo que igual se logró, pienso que la esencia del intercambio, esa emoción del tener esa semillita y después volver a plantarla, colocarla en su semillero y también la modalidad para entregarlas a través de encuentros presenciales resguardando las medida sanitarias o por envío, considero que también resultó de buena manera”. Además, destacó aspectos que le parecieron interesantes de la modalidad virtual “se produjo algo en esta manera de realizar el intercambio, que en los trafkintü presenciales normalmente es más difícil que suceda, que es conocer con nombre y apellido a la persona que me está haciendo el intercambio, porque de otros trafkintü realizados de manera presencial me pasa que tengo semillas que yo no recuerdo los datos de quiénes son, solamente el lugar en donde fue el intercambio”.
El 26 de septiembre se convocó al intercambio entre las organizaciones de Biobío y Ñuble, el que reunió a 55 personas, quienes acordaron e identificaron las semillas por las cuales tenían interés, para posteriormente concretar los encuentros de entrega o los envíos para cerrar el ciclo del intercambio. Para Ángela Fierro Aedo, representante del huerto Taller Laboral Santa Amalia de Lirquén, los espacios convocados fueron valorados por su aporte en la comunicación entre huerteros/as y maestras de distintos territorios, “fue muy grato compartir este encuentro virtual en cuarentena, fue una experiencia nueva y nos sirvió para conocer lo que están haciendo en otras localidades las compañeras con las que antiguamente hacíamos los intercambios, este año ha sido todo nuevo por la pandemia”. Por otra parte, manifestó su preocupación por la situación que viven algunas agrupaciones de huerteros/as del Biobío que han perdido los espacios producto de la situación de emergencia sanitaria, “es muy lamentable que varios grupos ya no tengan un espacio donde puedan trabajar, a nosotros no nos han quitado el espacio y podemos seguir trabajando cuando podamos volver. Para mí es muy importante a nivel comunitario mantener las redes de huerteros en funcionamiento porque así se continúa con la tradición tan hermosa que nos une año a año, para seguir rescatando y preservando las semillas y saberes”.
Todas estas acciones que han facilitado mantener la comunicación y la circulación de semillas, tuvieron un último encuentro el 17 de diciembre, el que contó con la intervención de Patricia Nuñez, defensora de los derechos ambientales, quien abordó los efectos negativos del tratado TPP 11 en las semillas y el patrimonio alimentario. Por otra parte, la actividad permitió que los/as campesinos/as que participaron identificaran los desafíos más próximos que deben enfrentar en el contexto de las amenazas relacionadas con la conservación y circulación de semillas ancestrales, tanto en los territorios urbanos como rurales.
Para visualizar el encuentro Circulación de semillas y saberes para la Soberanía Alimentaria en el siguiente enlace: