Las curadoras/es de semillas cultivan el arte de escuchar la tierra y el arte de la crianza. Desde una experiencia práctica y cotidiana, guiada fundamentalmente por madres, abuelas y tías, este saber-sentir-hacer se va integrando durante la infancia, traduciendo el lenguaje de las fuerzas vivas presentes en la huerta. El vínculo tejido entre huerteras/os y curadoras/es con sus semillas es íntimo y amoroso, genera vida y belleza, conteniendo claves que permiten la protección del hogar y la salud de la familia. Las/os especialistas comprenden en profundidad la estrecha e interdependiente relación entre el mundo natural y el mundo humano, de esta forma el ciclo estacional va marcando un ritmo en la vida y en el oficio.
El ciclo lunar, por ejemplo, establece cuáles son los momentos adecuados para la siembra, la poda, la cosecha, el levantamiento y guardado de semillas, entre otras labores claves en este arte. A su vez, los tipos de vientos que visitan la huerta, la cercanía o lejanía de las vertientes, las modificaciones en su curso y los animales que acompañan, son fenómenos leídos y reinterpretados que colaboran en la continuidad de este ciclo.
La señora Rosa Antipan Antilef, curadora de semillas proveniente de la zona de Villarrica, en la Región de La Araucanía, nos cuenta:
“Uno siembra, pero no todo tampoco se lo va a comer, no todo lo va a vender, también comen los pajaritos, las gallinas, es alimento para los pajaritos igual. Si yo tengo una planta de cerezo, por ejemplo, a media con los pájaros. Y la huerta igual pues, porque aparecen las raras a comer hojas de las habas. Las raras son palomitas y esas se comen las hojas de las habas… sí po’, una vez me dejaron, de una cantidad de habas, puros palitos. Y los tordos se comen el maíz, la coronta… cuando se está formando el maíz, la planta tiene granito, ya ellos se la están comiendo, la van picoteando… sí, eso hacen los tordos... y las perdices van a comer a donde uno sembró recién, en la arveja, van cosechando primero, van cosechando la semilla, así… Yo siembro hoy día y mañana o pasado puede aparecer la perdiz y va cosechando igual que las gallinas que uno tiene. Aunque algunas gallinas escarban no más, no se comen las semillas…los patos se me comen las habas cuando se meten a la huerta, pero también se van comiendo los bichitos de la huerta, la dejan limpiecita.
(…) Las hierbas espantan los bichos en la huerta. Adentro del invernadero son repelentes algunas plantas, no todas… como la menta, la ruda, no me acuerdo otras, pero varias son repelentes. Van a controlar todos esos bichitos que se van a comer las verduras. Por todo eso es importante la diversidad.
*Extracto de cuadernillo pedagógico “Cultivar, criar y crear”, serie “Las semillas, patrimonio colectivo de los pueblos”. ONG CETSUR, 2023.