Los días fríos de este intenso invierno son la antesala para la manifestación primaveral de la renovación del ciclo que sostiene la vida. Luego de un otoño lluvioso, que nos deja la sensación de una anhelada limpieza ritual, transitamos por días de mayor oscuridad, donde el viento con su fuerza inusitada nos invita al recogimiento, al cuidado y al descanso.
Inspirad@s en el ciclo del agua, nos concentramos como equipo en reflexionar sobre nuestro quehacer, buscando caminos desde la sensibilidad y la creación para reconocernos en un parentesco vital entre especies, activando flujos entre los distintos cuerpos de agua que conformamos este refugio Tierra. Intuimos que las aguas que nos componen permiten comunicaciones olvidadas que revelan mayores conexiones, antes que profundas diferencias.
Desde las semillas, la huerta, las artes tradicionales y las experiencias locales, nos internamos en la búsqueda de lenguajes que posibilitan leer el mundo más allá del pensamiento y el saber. Sin duda, la imaginación, como campo inagotable de posibilidades, se convierte hoy en día en nuestra mejor aliada para urdir caminos comunes de transformación. En esta sintonía, les invitamos a imaginar otros presentes y a explorar encuentros y conversaciones que hagan brotar nuevos cauces y corrientes, que sostengan un mejor futuro para todos.